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"Soy un bicho de la tierra como cualquier ser humano, con cualidades y defectos, con errores y aciertos, -déjenme quedarme así- con mi memoria, ahora que yo soy. No quiero olvidar nada."



José Saramago

lunes, 28 de marzo de 2011

POEMAS DE RADA PANCHOVSKA (BULGARIA)

Rada Panchovska (nacida en Oborishte, Bulgaria en 1949) es Licenciada en Literatura y Lengua Búlgara con Segunda Especialidad en Lengua Rusa y especialización facultativa en Lengua Española por la Universidad de Sofía “San Clemente de Ohrid” (Bulgaria). Es directora de la editorial “Próxima-RP” en la capital búlgara. Fue fundadora de de la Asociación de Hispanistas de su país y de la “Sociedad Libre de Poesía”. Ha publicado numerosas traducciones, artículos y ensayos. De su obra poética sobresalen los siguientes libros: Cada día (1984); En el mundo blanco (1992); Encuentros breves (1993); Arritmias (1996); Cincuenta poemas (Poesías Escogidas, 1999); El éxito anónimo (2001) y Cuenta atrás (2007). Sus poemas han sido traducidos a más de once idiomas y es Miembro de la Asociación de Traductores de Bulgaria y de la Asociación de Escritores Búlgaros. Su escritura ha recibido numerosos reconocimientos dentro y fuera de su país natal. La poesía de Panchovska no nos debe pasar, por ningún motivo, desapercibida. Estamos ante una autora extraordinaria. Su poesía puede catalogarse como “triste”, pero con la alegría del que presiente la esperanza; serena, pero compañera de una sonrisa tímida; como aquellas palabras que confortan las añoranzas presagiando un futuro mejor.


Traducciones de Francisco Uriz

A veces

A veces uno se siente tan amargado
que envidia su propio éxito.

Recuerdo días de exaltación. Coincidencias
felices, fuegos artificiales del azar.

Llueve por fin algo verdadero.


Arte poética

No aprecio la forma sólo, ni el contenido.
En el arte es el sentimiento principal lo que
me conmueve, es decir, el modo de estar fundidos.

Prefiero decir menos que más. No sobre gritarme
hasta la desolación. Lo que tengo entre ceja y ceja
que brille como una conclusión natural.

No describo la vida sino mi propia actitud hacia
el aspecto cambiante que ésta toma con el tiempo.
También lo preñado de futuro acepta el elogio.

Trato de ver el mundo a mi manera. Y todo íntegro.


El asombro

Estoy tan asombrada de lo que veo,
no sólo con los ojos (disculpad, ciegos
de nacimiento),

hasta tal punto mi oído está traspasado
por la consonancia de los ruidos incesantes
que acompañan la vida

y los sentidos me enseñan cada día tantas lecciones
de perfección y de armonía, y de cuánto más

-en el mundo restringido, dentro del que la gente vive,
hasta hoy no arreglado, casi cuestión de un futuro,

pero también de la voluntad de estar protegido, de hecho
una misión que ni siquiera el último debe poner en duda,

en las ruinas de este mundo, del cual los sentidos sirven,
que en nuestras poblaciones obstruimos tan altaneros,

en el mundo humano, pienso a veces -nos escondemos
del otro mundo- y eterno, y sin fin, y excitativo.


El espejo

Este cuerpo que la naturaleza me ha prestado
es como un espejo para el alma:
allí está, aunque no esté allí.

Como querría que fuese casa a la que regresar.
Y que detrás de mí quedase abundancia de mí.

Este cuerpo me rodea,
tiene su propia vida:
a veces me doy cuenta de que estoy de sobra.


Enajenación

Ni siquiera el dolor puede sacar el cuerpo
de la confianza en la anestesia. Previamente
la razón despavorida ha renunciado a la injerencia.


Herencias

El pasado no se va... La antigüedad
es patria espiritual
Heredando la tierra, heredamos eternidad.

La historia no empieza con nuestro nombre.
De algún modo somos oriundos del lugar
y forasteros.

Y de vez en cuando
la memoria ajena es lo más valioso
que tenemos.


Hospital

Firmamento infinito aglomerado en una ventana.
Aislamiento. Alejamiento. Vacío.
Que importa que aquí está lleno de gente
cuando nada hablan al alma
los uniformes días inmovilizados.

No hay un día festivo, tampoco haya inquietud.
En un ocioso prestar oídos mueren las horas.
Sonidos resonantes son "quiero", "sé" y "puedo"
en la tristeza adormecedora del agotamiento
que no podáis y no podáis detener.

Buscad en la enfermedad consuelo, sentido, alegría.
¡allí el tiempo y la vida se niegan!
Y el enfermo, mientras languidece lentamente,
de toda la humanidad decae
con una egoísta resignación e indiferente.

Impresiones huidizas
El pormenor empequeñecedor de las vistas
aturde la palabra.
La infinidad de las impresiones refuerza
la inquietud.
¡¿Inspiración?! Solamente la desesperación
puede nombrar.


Intolerancia

Al alba nos despertamos con la cabeza pesada.
Algo le pasaba al aire, nos endurecía. Las manos
y la garganta nos dolían,
nos levantamos a duras penas.
Sentíamos ahogarnos, nos despedazaríamos.

Se había alcanzado la intolerancia universal.
En los ojos del espejo rebosaba a fondo el odio.
El café se sobró. Tragábamos sin mirarnos.
En el portal nos cruzamos con una creciente
hostilidad.

En la parada la indignación desbordó los límites.
Los lugares de trabajo se asemejaron a trincheras.
Granizaron ofensas y acusaciones, llegó el diluvio.

Al mediodía perdimos el control, estalló
la guerra. Cogiéndonos por el cuello,
nos golpeamos.
Al anochecer nos aniquilamos. Exterminados.

Juegos de niños

Un niño llora en el patio, su llanto me abruma.

No tengo ganas de estar allí y consolarle
de su drama de niño, con mi mar de mentiras.

Al ha perdido en el juego y los otros se le ríen.
Y le apena ser pequeño, haber sido ofendido
y vencido. ¿Será que por primera vez
se da cuenta de que no es un ganador?

¡Ah, llora niño! no se traga fácilmente esa idea.
Te llegará la hora de envidiar tus lágrimas,

tal como las envidio yo,
que ante cada horror sonrío con los ojos.


La callejuela
Andando por la callejuela de la vida,
al mediodía
se dejó ver el amor, como a un sólo paso de mí.
Por qué no lo alcancé, Dios mío, era el amor aún
tan posible. Vi la puerta por la que se hundió,
mirándome por encima del hombro.
¡Así yo hubiera entrado!

En la esquina siguiente ya deseaba volver. .
Me paré a esperar, pero el amor no volvió
a pasar. Por qué no me preocupaba, Dios mío,
por qué no lloraba. Soplaba un viento
suave y cansino, saqué mi chaqueta.
Hoy me doy cuenta.

Esta encrucijada se hizo mi vivienda,
es mi casa. Vuelvo del trabajo a las siete,
me acodo en la ventana, veo la tarde
con la multitud en su acoso a la vida. Así.
lo pensaba: mi amor se acabó a primera vista.
¿Hacia dónde te apresurabas?


La tarde

La llamaron desde la esquina y ella acudió.
El uno la acarició, le besó la oreja y la soltó.
El otro le dio una patada exacta en el vientre,
la aplastaron contra la tierra.

Ella los miraba a los ojos, intentó lanzarse
de un lado para otro, no quería entender
que la resistencia no tenía sentido.

La ahorcaron en la rama más cercana.
Retiré la mirada de la ventana. Abrí el libro,
tomé un poco de café de mi tacita. Son niños.
¿Qué es para ellos la vida? Gatas hay muchas.


Pinturas murales 

El muro, de sólido cemento pintado,
se vendía por piezas, como un amuleto,
enormes pedazos adornaban los escaparates
de las tienditas y las cafeterías atestadas,
y a través de sus ruinas en un orden conveniente
las muchedumbres pacientemente lo cruzaban
por un paso estrecho. La puerta de Brandeburgo,
escondida detrás de andamios, lonas, vallas,
se fue preparando para el encuentro histórico
de Ünter den Linden con la ciudad del otro lado.

Pasado un tiempo vi los murales en un reportaje.


Posesiones del más allá

Con un asombro inaguantable examino
un fragmento de un modo de vivir antiguo.
Me parece una prueba más grande
de la existencia de la vida en el planeta
que la Venecia atestada. Aquí, en el museo,
quedan como posesiones del más allá
objetos que no sirven a nadie.

Hasta en Marte nos causaría más impresión
un rastro de los marcianos que ellos mismos.


Repugnancia

Mientras yo sonreía de desamparo, el ídolo
derrumbado en mí prorrumpió en llanto.
Retiré mi mano besada.


Retrato con boina

Alabaron ante mí la pulga y yo me callé.
Aunque mi boca estaba llena de miel.
¿Por qué hacer de la pulga un elefante?

Con reverencia di paso a la hormiga.
Y comportándome con total descaro, la pisé.
¿Por qué dejarla que me suba por la espalda?

Me compré colorete para no ruborizarme,
y polvos, y gafas, tengo buen aspecto.
Pero me asombro ¿cómo soporto mi boina?,
puesto que siempre está encima de mí.


Traducción
Escarcha y cielo azul -
¿quién es el que camina
entre dos purezas?
Kenneth White

Una blancura infinita y, uno
tras otro, pasos-pasos-pasos.

Un hombre se ha ido
o ha venido: por el campo nevado
se descifra su presencia.

Así, herido,
es más bello el lugar desierto.


Víspera 


Seguramente la vida tiene fundamento.
Aún más, el universo probablemente lo tiene.
¿Acaso nos es indispensable entenderlo?

El horizonte de los acontecimientos
se nos escapa. .
La envergadura del universo es inhumana.
Esperamos que vayan a decir los extraterrestres.

Aunque se nos metan de paso en el bolsillo.


RADA PANCHOVSKA Y FERNANDO SABIDO SÁNCHEZ EN MADRID CON LOS POETAS ZHIVKA BALTADZHIEVA, ÁNGEL GUINDA Y JOSÉ CEREIJO.


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